La punta del zapato: agosto 2011
DIARIO DE UNA ACOMPAÑANTE DE LUJO DE MADRID

FB

viernes, 26 de agosto de 2011

Un buen viernes

Barbie City Smart

Después de dormir y charlar con gente a la que quiero la discusión que tuve con el cliente me pareció una nimiedad. Con un poco de psicología cotidiana he expulsado el mal rollo de mi cabeza, no hay nada mejor que hacer lo que te gusta para olvidar lo que no te gusta.

Hoy me he despertado muy pronto, a las siete, me encanta que pase eso sin que suene ningún despertador, el edificio estaba muy tranquilo aún, me fui al gimnasio por primera vez desde que me fui de vacaciones hace ya dos meses. Iba muy animada e inconsciente del tiempo que había pasado desde la última vez.

Cuando me puse a hacer mi tabla, empecé a ser consciente de las consecuencias de dar a tu cuerpo vacaciones, todo era superagotador.  Me he desanimado un poco, porque me costó mucho conseguir ciertos logros con las pesas y lo he perdido, espero volver pronto a recuperarlos.

Estarán a punto de llegar mi madre y mi hermana, iremos al museo a ver una exposición que quiere ver mi hermana, y esta noche he quedado con un cliente, se me hace raro que mi familia y mi trabajo casi se unan en el tiempo, la verdad. Pero bueno, no es algo grave, sólo una sensación rara por la necesidad de cambiar muy rápido de registro. Sobretodo porque la cita de hoy promete ser bastante sórdida y sexual, ji ji ji. Es más se me ha hecho raro que la descripción del plan del museo y la cita sexual compartan el mismo párrafo.

Sea como sea hoy me está pareciendo un día redondo, me siento bien a pesar de mi fracaso en el gimnasio :)

jueves, 25 de agosto de 2011

Perdiendo un cliente

Phillip Lim
Hoy he tenido una gran bronca con un cliente, todo ha ocurrido por teléfono. Yo estaba en casa distraída, cuando recibo la llamada de un hombre que he nombrado aquí alguna vez. 

A los lectores más fieles les sonará aquel tema del piso y del cliente que me lo iba a "regalar" a cambio de mis servicios a lo largo del tiempo sin tratar nunca más el tema de los precios, ya que el piso servía con creces como pago.

Era un tema complicado, y una locura que se le ocurrió a él solito, y que me trajo más quebraderos que alivio o felicidad. Para empezar yo vendo mi cuerpo, un rato, una tarde, un fin de semana, una semana que dure un viaje... Pero me costaba asimilar y definir un tiempo tan inexacto como el que se barajaba en ese negocio tan raro. Además la duda no sólo se cernía sobre mí, creo que es de esperar que el cliente también se viera ante la incertidumbre de qué pasaría si pone el piso a mi nombre y una vez hecho decido cerrar el chiringuito y no corresponderle por mil razones, al instante, a los dos años... nunca se sabe.

Además como es lógico las prostitutas, ni siquiera las caras, hacemos un contrato laboral del que valernos tanto nosotras como el cliente para tomar medidas legales si una de las partes falla. Con lo cual el "negocio" que él se esforzó en meter en nuestra relación y del cual yo ya tenía ilusiones a fuerza de escucharlo y valorarlo, se fue a pique por las razones que ya he mencionado, era algo muy inseguro para el cliente y no había equilibrio entre el riesgo y el beneficio.

Una pantomima inventada, quizás no con malicia, por mi cliente. Cuando se cayó el negocio, ambos nos avergonzábamos del asunto y no hemos vuelto a quedar. Después de tanto supuse que habría encontrado a otra chica con la que empezar de cero y no volvería a saber de él, pero me ha llamado hoy.

El tono de su conversación era a la defensiva! ¿Por qué? Si soy yo la engañada y la que podría quejarme de haber recibido una oferta que no pude jamás aceptar porque me la quitaron súbitamente de delante. El caso es que es cierto que yo no fui tan amable como suelo ser, pero él tampoco parecía muy dispuesto a dar el primer paso hacía la normalización de la relación. Fue seco.

- El negocio no pudo ser, tienes que entenderlo.

Y lo dijo así con un tonito enervante, como si hubiera sido yo la que le hubiera pedido el piso, como si estuviera yo obsesionada y no quisiera entrar en razón encaprichada por el piso. Me puso de mal humor, y por más que quise no podía sentirme a gusto.

Me llamó de todo menos bonita. Y aunque es cierto que yo no estaba muy receptiva a él, tampoco es que le tratara mal, fui correcta, sin más, pero tampoco menos. Cuando las ganas de citarme con él se me fueron del todo... se enfadó. Y lo más gracioso es que después de haberme insultado cuando yo le digo que no quiero citarme va y no lo entiende!

Sigo algo alterada y sólo me tranquiliza que mañana cuando me levante esto será una chorrada pasada y me importará un comino.

Buenas noches a todos.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Juzga y serás juzgado


Os voy a comentar lo que siente una prostituta cuando el aura del Papa sobrevuela la ciudad en la que una ejerce. 

Madrid es una ciudad con bastante libertad de acción, puedes encontrar cualquier vicio y pecado más o menos cerca y casi siempre hay alguna parada de Metro que te deja en la puerta de tus deseos más terrenales, ya sea moda, buena comida, fiesta, porros, bares, discotecas... y por supuesto sexo gratis o de pago, en hoteles o al aire libre, con una gran variedad de precios y estilos, desde las extranjeras de Montera hasta las travestis de Fortuny, pasando por supuesto por las escorts de lujo o las que se pasean por La Casa de Campo. Y no es que Madrid sea la ciudad por excelencia del turismo sexual, pero es el tema que yo trato y el que resalto.

Por supuesto que el Papa no ve con buenos ojos mi profesión, eso lo entiendo, sé las razones por las que soy considerada una mala mujer, es un tema muy peliagudo, yo misma no me sorprendería de que el día de mañana sea yo la que me juzgue y me considere una puta (esta vez en el mal sentido de la palabra), una enferma o una humana de mala calidad. Pero hay una cosa clara, con todo lo malo que se pueda decir de mí, hay una verdad innegable y es que lo que hago lo hago como mujer libre, sabiendo o creyendo saber dónde me meto.

Bolso de Our Lord and Saviour

Se me hace muy duro ser juzgada por los católicos, a lo largo de la historia, han sido los que más han nombrado a las mujeres como yo no sólo para condenar su comportamiento, sino incluso para usarlas como ejemplo del género femenino en general. Los católicos están rodeados de escándalos, que sin contar la pederastia o crímenes de los que hay ejemplos reales, no serían tales escándalos si se tomaran las cosas de una forma más relajada, el sexo libre en todos sus aspectos, el gusto por el lujo, el divorcio... cosas cotidianas que las tienen prohibidas y muy pocos católicos se privan de ellas y que ellos mismos deciden que sean escándalos y pecados. Ni siquiera hay que recurrir a temas escabrosos como la pederastia, la Inquisición, la quema de brujas, o cosas actuales aún como el machismo o cegar las mentes de sus fieles para que no vean las ruinas de la Iglesia, casi siempre deslumbrados por el odio hacía colectivos modernos, liberados y con ganas y necesidad de avanzar.

Luego ves católicas abortando, pasando por delante de una mendiga y reservando su dinero para comprar en Dior, divorciándose de su marido por que le ponen los cuernos con el chófer... etc... (cosas que no reprocho, excepto a una católica, entre otras religiones).

Y no hablo de una, ni de dos, hay miles, hombres y mujeres que van a misa y pecan, y pecan y vuelven a pecar sin ni siquiera pensar en cuántas reglas propias se están saltando. Por supuesto los habrá que cumplan las reglas que ellos con su libertad han decidido elegir, esos irán al cielo, esos son buenos, siempre y cuando no exijan que todos seamos como ellos. Pero y esos que con su relativa libertad eligen ser católicos y encima se dan el gusto de juzgarte... y luego llamarte para concertar una cita... por poner un ejemplo. 

Si yo voy al infierno por puta, os aseguro que voy a estar rodeada de católicos. 

Siento ser tan clara, pero espero resultar sincera, una "virtud" que puedo contrastar al mayor pecado de la mayoría de los católicos: La hipocresía.

Me siento con la absoluta libertad de juzgarles duramente, veo como juzgan no sólo mi profesión, ya he dicho que eso lo entiendo, pero también me juzgan como mujer sexual y eso lo tengo en común con el 99% de las mujeres, también veo como se juzga a los homosexuales y a cualquier forma de vida que no sea un cuerpo autoagredido a base de privarse de individualidad, placer y mente analítica.

Juzga y serás juzgado, la serpiente que se muerde la cola ¿quién juzgó primero, la Iglesia o la puta?




domingo, 21 de agosto de 2011

Jugar a la Play

Burak Uyan
Este fin de semana he estado recibiendo llamadas de clientes que me echaban de menos después de estos meses que me he tomado de vacaciones. Además he quedado con algunos amigos a los que tampoco he visto desde entonces.

Ayer me sentía especialmente cariñosa, y me alegré de que quisiera citarse conmigo uno de mis chicos preferidos, es un chico de casi 30 años, de cuerpo normal, con una cara simétrica y bonita sin ser demasiado atractiva pero sí agradable y relajante.  Las citas con él son generalmente cenar por Chueca en un restaurante que nos inspire mientras paseamos por el barrio y contarnos nuestras cosas. 

Me puse unos pantalones blancos, muy cortos, un poco bombachos con una camiseta gris oscuro básica, unos zapatos negros de tacón medio y una cartera plateada, el pelo recogido con una coleta muy tirante y con el maquillaje mínimo, sólo los labios con un poco de rosa, nada más, a él le encanta así y eso me facilita las cosas antes de acostarme en la cama de un cliente, porque antes de eso hay que desmaquillarse... a menos que el cliente quiera verte maquillada en la cama.

Cuando terminamos de cenar nos fuimos a su casa, jugó un rato a la consola mientras yo halagaba lo bien que se desenvolvía con el mando, y no era por hacer la pelota, de verdad que me pareció un hacha jugando a un juego que me pareció complicadísimo porque tenía un montón de movimientos y el mando sólo 4 botones. 

Me gustaba verle jugar, es casi un hombre, tiene algo de alopecia y unos brazos peludos, sin embargo es un niño, viendo su cara concentrada de niño grande y sus manos manejando al personaje de la pantalla me pareció muy tierno. Además ya le conozco un poco y sé que es un trozo de pan, un buen chico... pero muy caprichoso y my impaciente, yo le caigo bien porque nunca me voy a enfadar, ni le voy a juzgar, voy a levantarme, tumbarme, ir o venir cuando él diga y además me intereso por sus videojuegos. 

No nos engañemos, soy escort... los hombres que me contratan tienen intenciones concretas y personalidades nada concretas pero sí muy especiales, todos tienen su historia y conmigo sueltan aquella que no dejan ver a otras chicas. Él se pasa 2 horas jugando a la consola y yo como buena acompañante... le acompaño.

Después de la partida me miró, quería que se lo pusiera fácil, me miró esperando que yo entendiera que hacer. Me quité los zapatos y él la camiseta, me tumbé en el sofá de su habitación, y él se puso encima, pero enseguida noté que quería tumbarse, así que nos cambiamos y me eché encima de él, me rodeó con los brazos y me sentí pequeña rodeada sobre su torso ancho. Me gustó.

Tuvimos relaciones durante una hora. Después me vestí y me volví a pintar los labios, salimos a la calle y paseamos hacía la Castellana para sentarnos en un banco y charlar 15 minutos. 

Le cobré 400 €, bastante menos de lo habitual, pero él no trabaja, y estoy tan relajada con él, que la rebaja me parecía justa. Además así me llama más veces. Por desgracia es uno de los pocos (poquísimos) veinteañeros que hay en mi agenda de clientes, así que cuando quedamos me alegro mucho. 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...