La punta del zapato: trabajo
DIARIO DE UNA ACOMPAÑANTE DE LUJO DE MADRID

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lunes, 16 de junio de 2014

Voy a ver un partido entero por primera vez

Barbie Britto
El miércoles tengo una cita de lo más clásica con un antiguo cliente, he quedado para ver el fútbol en su casa. Es un chico de unos treinta y cinco años, no he querido ser demasiado cotilla, pero resulta que no tiene con quien ver un partido que juega España contra Chile.

Y si gana España va a estar de muy buen humor, así que quiere tener una chica cerca para celebrarlo. Y si no gana, supongo que con más razón querrá la compañía de una chica para olvidar sus penas. No sé si los hombres prefieren ver el fúbol con chicas o con chicos... supongo que la cuestión es que la compañía sea cual sea sepa algo de fútbol, aunque pienso suplir mi carencia en conocimiento de fútbol con un buen escote, digo yo que eso me ayudará a salir airosa de la cita futbolística. Pero está claro, las chicas como yo tenemos que saber de todo! Yo desde luego pienso estudiarme el programa del Mundial y leer estos días las noticias sobre este tema, para ver si puedo crear un ambiente de tarde de fútbol tradicional, eso sí, no pienso beber cerveza!

Para hacerlo más emocionante he hecho una apuesta con él, si gana Chile 400€ pero me vuelvo a casa a dormir, si gana España 800€ y duermo con él. Me ha dicho que si gana España, ganamos todos :) Así que aunque paso totalmente del fútbol estaré pendiente y deseando que España meta goles. 

Por lo demás tengo que confesar que no he conseguido tener muchas citas últimamente, los meses que he pasado en la tele y luego yendo a fiestas y bolos me han hecho perder muchísimos clientes, y no es fácil recuperarlos, creo que algunos ya tienen han conocido a otra chica, y otros se han sentido "abandonados" y "traicionados", así que pasan de mí. Pero bueno, es cuestión de paciencia. Niñatos y culturistas no faltan pero he perdido gran parte de mi público solvente, a ver qué hago para recuperarlo.

Y también estoy teniendo dificultades para meterme en el mundillo de las chicas de la tele que cobran por citas, he soltado algunas indirectas, creo que a las personas equivocadas porque no se enteraron del plan que me ronda la cabeza. Si en Julio nadie me ha entendido creo que tendré que dar la cara y ser clara, al fin y al cabo me metí en la tele para subir mi caché como escort, y pienso llevar a cabo mi plan hasta el final.

Ahora me voy al gimnasio, y después a un sex-shop para comprar ropa de goma para una cita con otro cliente el viernes. A ver si encuentro algo sexy que no me haga parecer demasiado puta. Tened buen día queridos.


domingo, 27 de mayo de 2012

Pedir que te paguen no es fácil

Alexander McQueen

Una de las preocupaciones cuando quedas con un cliente nuevo es el modo en el que paga. A mí siempre me ha estresado un poco que los nuevos no me paguen al principio de la cita porque no me relajo pensando que podrían usarme y no pagarme. Aunque por suerte nunca me he ido a casa con las manos vacías, pero sí que me he encontrado un par que se han hecho los remolones, y a bastantes que me han pedido rebajas.

Jamás he pedido que me pagaran en una cita, acuerdo el precio antes de quedar y dejo en manos del cliente cuando y cómo me paga. Es un riesgo sí, y reconozco que me concentro mejor si me pagan antes o veo localizado mi dinero encima de algún mueble. Si el cliente es habitual sé que va a pagarme, pero si es nuevo siempre está la incertidumbre.

No es nada fácil lo de meter el dinero en el juego de la seducción, y aunque conviene ser muy claros en el asunto lo cierto es que a mí concretamente me ha ido muy bien no ser tan clara con el tema del negocio, una vez que hemos acordado el precio y demás antes de la cita, intento por todos los medios que mi cliente olvide que existe tal negocio y que me vean más como una novia o una amante cara que como una escort. Hay miles de chicas, miles de clientes y miles de gustos, yo sólo digo que a mí lo que hago me ha funcionado muy bien, se sienten más cómodos, y te son más "fieles".

Nunca he tenido que pedir que me pagaran, excepto ese par de veces que decía al principio del post que no sé si se querían librar o simplemente querían retrasarlo, pero tuve que pegarme a ellos hasta que fueron a un cajero a sacar dinero. Eso me pasó en los inicios, cuando cobraba más o menos 100€, ahora que cobro alrededor de 500€ irónicamente me pagan con menos remilgos y con menos esfuerzo.

Hay que tener mucha maña para meter lo económico en algo tan personal con un cliente. Yo creo que es una cuestión de tener un buen ojo de pu†å y pillar enseguida quien es un listo que te la quiere jugar y quien es un caballero, y eso como en todo en la vida.  


miércoles, 23 de mayo de 2012

Charlar con "otra"

Alexander McQueen
El cliente de ayer, aquel que quería simplemente charlar con una chica muy escotada en su oficina resultó ser un casado con una curiosa necesidad de contacto con el sexo pero sin llegar a ser infiel. No me atreví a preguntar cuánto tiempo lleva haciendo esto de planear chácharas con chicas, así que no sé si es fiel a su propio permiso a escondidas de su esposa, o es simplemente el primer paso a algo más "serio".

Yo no soy de esas que dicen que los hombres son unos cabrones y que lo sé de primera mano porque yo soy parte de sus pecados, o la causante (hay quien dirá). De hecho el charlador de ayer, me parecía todo lo contrario a un cabrón, porque aunque no habló mucho de su mujer, cuando me explicó la situación  percibí que respeta muchísimo a su mujer y su matrimonio. 

¿Hay algo de malo en desear hablar con una chica joven y de tu gusto? Vale, con el aliciente del escote es más polémico. Pero en este trabajo me encuentro con dilemas morales día sí y día también, la mayoría sin solución y muy enfrentados a las "normas sociales" cuando a las "normas clericales" y en realidad es todo una cuestión de costumbres y de aprendizaje que no tiene que ver con nuestra verdadera forma de pensar. Todo sería más fácil si decidiera no plantearme las cosas y simplemente actuar sin más.

La verdad es que no puedo responder a mi propia pregunta ¿el charlador es un infiel por lo que hicimos ayer? No tengo ni idea, supongo que depende de muchos factores, para empezar el factor de que es un secreto y los secretos no suelen ser buenos. Aunque ni siquiera es una ley absoluta y tiene miles de lagunas y excepciones.

Como sea, este tipo de negocios me gustan, al menos te hacen pensar y conocer cosas nuevas siempre es bueno. Y en ningún momento se me ocurre juzgar, sólo comprender o en este caso tratar de definir el asunto. ¿Es malo ser infiel? Es relativo y depende del caso... pero, ¿es infiel el charlador por el hecho de charlar mirando un escote? Más relativo imposible, yo no lo tengo nada claro. Y tampoco es que me importe, pero como no sé ni mi propia opinión al respecto es un caso digno de exponer en el blog. 




martes, 22 de mayo de 2012

Hablar con chicas escotadas

Alexander McQueen

Buenas tardes queridos/as! 

Hoy he hecho pellas... sí, ayer también, la razón, o mejor dicho la excusa en este caso, es que no quería enfrentarme a la situación de decir a las profesoras que no tenía las cosas hechas. Aunque no me miréis mal, las pellas las he utilizado para acabar los trabajos en casa. 

Ahora me voy a Callao, a dar una vuelta y de paso acercarme al despacho de un cliente, sólo quiere hablar con una chica que lleve mucho escote... hemos llegado a un acuerdo, él no quería pagar la tarifa y por estar un rato algo inclinada hacía adelante con los botones desabrochados y dejar ver el sujetador no es que sea un suplicio, así que hemos pactado 100€ por una hora de cháchara. No sé si piensa darse placer el mismo en plena conversación, pero en el caso de que lo haga... pienso imponerme y pedir mínimo 50€ más. ¿Veis que cosas más raras se encuentra una por Gran Vía?

Y eso que por allí lo que no falta son las chicas escotadas ¿por qué me ha elegido a mí que tengo el pecho justo en vez de una exuberante chica de la calle Montera que seguro que lo hace por menos de 50€? Me sorprende lo exquisita que es a veces la gente.  

... Y voy a confesar algo, muchas veces me paseo por Montera para cotillear el ambiente, ver a las chicas y como se lo montan para seducir clientes. Quiero tener el valor de hablar alguna vez con alguna, quizás la podría contratar para charlar con ella ya que estamos en el asunto, jaja. 

Tengo mucha curiosidad... hablo de ellas, pero no sé mucho más que cualquier persona normal, sólo de verlas, de ver documentales de la tele, pero nunca de primera mano. Y la verdad es que me interesa muchísimo, porque a veces marco mucho la diferencia entre ellas y yo, pero al fin y al cabo en la base, todas somos putas. 

Además tengo ganas de decirle a alguna de ellas que ganaría más con unos buenos zapatos de tacón que con esas botas que les llegan por encima de la rodilla. O puede que me haga comprender que no tengo ni idea y que las botazas de Montera son la panacea de la seducción. 





lunes, 17 de octubre de 2011

Lesbiana por un día


He tardado un poquito en escribir esta experiencia porque como he empezado con las clases y entre la vida social y tal, espero que me lo perdonéis.

Quedé con la escort que contactó conmigo a petición de su cliente y nos citamos en una terraza cercana a la casa del hombre. Me puse un vestido fucsia ajustado de manga corta, el pelo suelto y bastante maquillaje. Nos tomamos un refresco mientras ella me ponía al tanto, era una chica muy guapa, llevaba un vestido morado muy entallado y con mucho vuelo en la falda y también iba muy maquillada.

Me calló muy bien, me contó cuales eran los planes del cliente, simplemente que nos enrolláramos en su casa, en principio eso era todo, pero ambas nos reconocimos que estábamos preparadas para un trío.

Subimos a casa del cliente y nos propuso ir a cenar, fuimos a un restaurante al que casualmente llevo a los clientes que vienen a mi casa, y estuve muy cómoda, la otra escort se notaba que le conocía muy bien y había muy buen rollito.

Subimos a su casa y nos sirvió una copa que preparó delante de nosotras, cosa que agradecí y creo que la otra escort le tiene muy bien enseñado. A los pocos minutos ya tenía a la otra encima de mí besándome, debo decir que no fue tan excitante como me esperaba, aunque ahora cuando lo recuerdo si que me pone bastante. Seguí el juego y acabamos un cuarto de hora después en ropa interior tumbadas en el sofá del cliente. Él se estaba tomando la copa muy expectante, pero no hacía amagos de participar, no llegamos a quitarnos la ropa interior, todo se redujo a besos y magreos durante media hora o así. 

Nos fuimos de allí juntas y el cliente se quedó muy agradecido, pero decidió quedarse solo con su calentón. 

Acompañé a la chica hasta que consiguió un taxi y me fui a casa andando de muy buen humor. Me había gustado ese juego y se me hizo muy corto.



viernes, 7 de octubre de 2011

Un trío mañana

Carolina Herrera
Hoy se ha puesto en contacto conmigo una chica que ha visto mi anuncio. No suelo recibir llamadas de mujeres en mi móvil de trabajo la verdad, y me ha dejado un poco descolocada oír una voz femenina.

Llevo tiempo esperando que una mujer quiera hacer un trío con su marido y recurra a mí, no porque me ponga especialmente, pero una escort de mi estilo es una buena opción a tener en cuenta por una mujer que busque una prostituta, al menos eso considero y eso trato, ser una puta fina... :)

El caso es que no era una esposa moderna, sino otra escort. Un cliente le ha pedido ese tipo de servicio en el que se requieren dos chicas y por lo que me ha dicho... no debe tener mucho contacto con otras escort o si lo tiene está claro que no ha contado con ellas, porque me ha llamado a mí que no me conoce de nada...

Hemos quedado mañana para conocernos antes y por la tarde sería la cita con el cliente, vive por mi zona, y me ha mandado por e-mail una foto. No me importaría jugar a las lesbianas con ella, aunque me pone algo nerviosa ya que no tengo mucha práctica que digamos, por no decir ninguna.

Yo ya sabía que alguna vez me vería con la una chica entre manos, y ahora que llega la hora de la verdad, sin pensar en ningún momento en disgusto, lo cierto es que me excita y a la vez me pone nerviosa. Pero bueno, también debo admitir que me seduce la aventura, el precio y el estar acompañada de otra chica. 

Deseadme suerte. Mañana iré a clase un poco desconcentrada.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cliente madrugador

Primera Barbie
Odio no poder dormir, me pasa a veces, aunque por suerte no es a diario, pero de vez en cuando, una o dos veces al mes me pongo a dar vueltas en la cama sin conseguir dormirme. 

Hoy es por algo concreto, mañana tengo una cita por la mañana con un cliente nuevo. Ya estoy acostumbrada a las citas, pero... hace bastante tiempo que no quedaba con alguien nuevo, así que estoy algo tensa.

Hemos quedado muy pronto y no suelo levantarme muy tarde, pero digamos que meses años que no pongo el despertador, e incluso cuando lo ponía, que era para ir a clase, no lo usaba, me despertaba antes de que sonara. Pero mañana he quedado a las 9 y me da una pereza, porque me tengo que levantar a las 7 o 7:30 como muy tarde. 

Irónicamente no me puedo dormir porque tengo que dormir. A veces el cuerpo o mejor dicho la mente nos juega malas pasadas.

¿Qué querrá ese hombre tan pronto? Me ha dicho que no quiere sexo, que quiere conocerme antes un poco. Ya os contaré.



sábado, 17 de septiembre de 2011

Una semana provechosa

Alexander Birman
Esta semana he tenido muchas citas, no he cenado en casa ningún día y eso es bueno pero me hace sentir un poco descarriada, esas noches tranquilas, de vez en cuando nos hacen sentir seguras en casa, como que hay un sitio en el que podemos estar a nuestro aire. 

Pero esta semana he estado más fuera que dentro de casa. Hoy es viernes noche, y siento esa paz aquí en mi piso, notando como las piernas cansadas me agradecen que les de una posición cómoda y mis pies felices por no tener que estar de puntillas en unos zapatos de tacón.

Escribir el blog también me hace sentir bien, es como mi diario, y me relaja escribir.

Esta noche he quedado con un cliente, para tener sexo, y en la cena nos lo hemos pasado muy bien charlando y riendo (sin alcohol, para el que piense que eso de la risa no era sólo por los chistes, jaja). De verdad que me lo he pasado genial, cuando hemos ido al hotel de siempre en su coche... ¡no había habitaciones! Nada grave... podíamos ir a otro... pero me ha pedido permiso para fumarse un porro, le he dicho que no me importaba... y se ha puesto tan fumado que nos lo hemos pasado genial en su coche riendo y haciendo bromas, pero se le han ido las ganas de sexo...

Menos mal que sacie mi hambre días antes con otro cliente, el chico de casi 30 que me cita para verle jugar a la PlayStation y hacer el amor. Cuando nos relajábamos después del sexo me entró curiosidad, y la enorme cantidad de citas me ha hecho coger confianza con este chico, así que le pregunté que por qué no tenía una novia. Para mi sorpresa me dijo que sí tenía, pero aún no habían hecho el amor, llevan 4 meses saliendo, menos que conmigo, al parecer es una chica bien en todos los sentidos, a él le gusta, pero también le gusto yo.

Por supuesto sé con cual de las dos se casaría... y no es conmigo. Algún día reflexionaré sobre ello, yo soy todo lo que un hombre desea, pero ¿todo lo que quiere? No. Yo no soy la mujer que un hombre quiere para casarse... y eso como mujer me da muchos quebraderos, aunque no quiero casarme ni estoy enamorada, es algo que pienso a menudo. Soy la eterna novia, pero jamás la esposa, por suerte :) o por desgracia :(

Queda poco para empezar las clases de nuevo, las vacaciones con eso del viaje y tal se me han hecho muy largas, he hecho tantas cosas, que me parece increíble que todas estén concentradas en 3 meses.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Un cliente triste

Chanel
Algunas veces digo que ser acompañante se parece a menudo a ser psicóloga, no tratamos de que el cliente solucione sus problemas y tampoco tenemos esa capacidad por desgracia, pero sí hacemos nuestros propios diagnósticos y a medida que vas teniendo clientes acabas identificando patrones y aprendiendo de los hombres y su comportamiento.

Hoy he quedado con un cliente, estaba triste, se lo notaba, es de los primeros que tuve y uno de los que más veo, nunca ha sido muy sexual, excepto al principio que era insaciable, hasta que se aburrió de mi cuerpo, creo yo... Pero bueno, ahí ya estoy entrando en mi psicología y mi inseguridad, y no trata de eso el post.

El cliente estaba triste, suele ser muy dicharachero siempre y muy enérgico. Hoy también pero fallaba algo, esperaba de mí algo más que otros días, buscaba energía en mí. Se notaba que quería que lo animara y que hoy fuera yo la dicharachera, la que cuenta chistes, la que toma la decisión de dónde cenar. Lo noté sin que él me lo dijera, y creo que acerté, se animó poco a poco y me pareció el mismo de siempre al acabar la noche, sé que le pasa algo y que mi éxito ha sido momentáneo, pero me alegro de haberle hecho olvidar un rato sea lo que sea que tiene en la cabeza.

Mañana le llamaré, para preguntarle qué tal está.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Un ligue y dos clientes

Brian Atwood

Este fin de semana pasado ha habido de todo: ocio, trabajo, tiempo para mí misma...

El viernes salí con unas amigas a bailar, y ligué con un chico, me siento un poco rara cuando me entra un chico, siempre que pasa eso no dejo de pensar que ese chico cree que soy una chica ajena a la prostitución y se me hace raro. De todos modos es cierto que aunque es verdad que soy escort también soy una chica normal y ligo con chicos (aunque muy de vez en cuando) y no les cobro. Aunque no suele haber nunca una segunda cita. Después de horas de charla, y de baile con mis amigas y mi ligue, le invité a él a subir a mi piso.

No pasó nada importante, charlamos de lo típico entre dos personas desconocidas. Se bebió una copa en mi casa y cuando se la terminó nos enrollamos en el sofá, cuatro besos, pero él mismo no parecía querer más. Un chico muy respetuoso, me gustó su estilo. Se fue y me llamó a los diez minutos, entonces me arrepentí de haberle dado mi teléfono, aunque hoy me alegro de comportarme como una chica de mi edad con ligues fuera del trabajo.

El sábado tuve una cita con un cliente, fuimos al cine y luego a cenar, fuimos a su casa y me pidió que me quedara a dormir con él, no hubo sexo... sólo sueño, a las 12 ya estábamos en la cama y él roncando. Hubiera preferido una sesión de sexo e irme a casa, la verdad.

Ayer tuve otra cita con otro cliente, a este le encanta el sexo en el coche... siempre que quedamos vamos en coche después de cenar a un sitio de esos donde aparcan los coches para hacer sexo alejados de las luces de la ciudad, una práctica muy de universitarios....

Siempre temo que haya mirones, no por vergüenza solamente, sino más bien porque me dan miedo, me parece tan de psicópata. Pero nunca pasa nada, hacemos lo que podemos en el coche, tampoco es que sea una cama de 2x2 precisamente, y luego me lleva a casa.

Hoy estoy cansada, ayer no pude dormir bien, me puse a leer y me desvelé. Cuando no puedo dormir luego me paso el día vagueando, y lo detesto. Ya he cenado y creo que me iré a dormir en breve. Buenas noches.

viernes, 26 de agosto de 2011

Un buen viernes

Barbie City Smart

Después de dormir y charlar con gente a la que quiero la discusión que tuve con el cliente me pareció una nimiedad. Con un poco de psicología cotidiana he expulsado el mal rollo de mi cabeza, no hay nada mejor que hacer lo que te gusta para olvidar lo que no te gusta.

Hoy me he despertado muy pronto, a las siete, me encanta que pase eso sin que suene ningún despertador, el edificio estaba muy tranquilo aún, me fui al gimnasio por primera vez desde que me fui de vacaciones hace ya dos meses. Iba muy animada e inconsciente del tiempo que había pasado desde la última vez.

Cuando me puse a hacer mi tabla, empecé a ser consciente de las consecuencias de dar a tu cuerpo vacaciones, todo era superagotador.  Me he desanimado un poco, porque me costó mucho conseguir ciertos logros con las pesas y lo he perdido, espero volver pronto a recuperarlos.

Estarán a punto de llegar mi madre y mi hermana, iremos al museo a ver una exposición que quiere ver mi hermana, y esta noche he quedado con un cliente, se me hace raro que mi familia y mi trabajo casi se unan en el tiempo, la verdad. Pero bueno, no es algo grave, sólo una sensación rara por la necesidad de cambiar muy rápido de registro. Sobretodo porque la cita de hoy promete ser bastante sórdida y sexual, ji ji ji. Es más se me ha hecho raro que la descripción del plan del museo y la cita sexual compartan el mismo párrafo.

Sea como sea hoy me está pareciendo un día redondo, me siento bien a pesar de mi fracaso en el gimnasio :)

jueves, 25 de agosto de 2011

Perdiendo un cliente

Phillip Lim
Hoy he tenido una gran bronca con un cliente, todo ha ocurrido por teléfono. Yo estaba en casa distraída, cuando recibo la llamada de un hombre que he nombrado aquí alguna vez. 

A los lectores más fieles les sonará aquel tema del piso y del cliente que me lo iba a "regalar" a cambio de mis servicios a lo largo del tiempo sin tratar nunca más el tema de los precios, ya que el piso servía con creces como pago.

Era un tema complicado, y una locura que se le ocurrió a él solito, y que me trajo más quebraderos que alivio o felicidad. Para empezar yo vendo mi cuerpo, un rato, una tarde, un fin de semana, una semana que dure un viaje... Pero me costaba asimilar y definir un tiempo tan inexacto como el que se barajaba en ese negocio tan raro. Además la duda no sólo se cernía sobre mí, creo que es de esperar que el cliente también se viera ante la incertidumbre de qué pasaría si pone el piso a mi nombre y una vez hecho decido cerrar el chiringuito y no corresponderle por mil razones, al instante, a los dos años... nunca se sabe.

Además como es lógico las prostitutas, ni siquiera las caras, hacemos un contrato laboral del que valernos tanto nosotras como el cliente para tomar medidas legales si una de las partes falla. Con lo cual el "negocio" que él se esforzó en meter en nuestra relación y del cual yo ya tenía ilusiones a fuerza de escucharlo y valorarlo, se fue a pique por las razones que ya he mencionado, era algo muy inseguro para el cliente y no había equilibrio entre el riesgo y el beneficio.

Una pantomima inventada, quizás no con malicia, por mi cliente. Cuando se cayó el negocio, ambos nos avergonzábamos del asunto y no hemos vuelto a quedar. Después de tanto supuse que habría encontrado a otra chica con la que empezar de cero y no volvería a saber de él, pero me ha llamado hoy.

El tono de su conversación era a la defensiva! ¿Por qué? Si soy yo la engañada y la que podría quejarme de haber recibido una oferta que no pude jamás aceptar porque me la quitaron súbitamente de delante. El caso es que es cierto que yo no fui tan amable como suelo ser, pero él tampoco parecía muy dispuesto a dar el primer paso hacía la normalización de la relación. Fue seco.

- El negocio no pudo ser, tienes que entenderlo.

Y lo dijo así con un tonito enervante, como si hubiera sido yo la que le hubiera pedido el piso, como si estuviera yo obsesionada y no quisiera entrar en razón encaprichada por el piso. Me puso de mal humor, y por más que quise no podía sentirme a gusto.

Me llamó de todo menos bonita. Y aunque es cierto que yo no estaba muy receptiva a él, tampoco es que le tratara mal, fui correcta, sin más, pero tampoco menos. Cuando las ganas de citarme con él se me fueron del todo... se enfadó. Y lo más gracioso es que después de haberme insultado cuando yo le digo que no quiero citarme va y no lo entiende!

Sigo algo alterada y sólo me tranquiliza que mañana cuando me levante esto será una chorrada pasada y me importará un comino.

Buenas noches a todos.

domingo, 21 de agosto de 2011

Jugar a la Play

Burak Uyan
Este fin de semana he estado recibiendo llamadas de clientes que me echaban de menos después de estos meses que me he tomado de vacaciones. Además he quedado con algunos amigos a los que tampoco he visto desde entonces.

Ayer me sentía especialmente cariñosa, y me alegré de que quisiera citarse conmigo uno de mis chicos preferidos, es un chico de casi 30 años, de cuerpo normal, con una cara simétrica y bonita sin ser demasiado atractiva pero sí agradable y relajante.  Las citas con él son generalmente cenar por Chueca en un restaurante que nos inspire mientras paseamos por el barrio y contarnos nuestras cosas. 

Me puse unos pantalones blancos, muy cortos, un poco bombachos con una camiseta gris oscuro básica, unos zapatos negros de tacón medio y una cartera plateada, el pelo recogido con una coleta muy tirante y con el maquillaje mínimo, sólo los labios con un poco de rosa, nada más, a él le encanta así y eso me facilita las cosas antes de acostarme en la cama de un cliente, porque antes de eso hay que desmaquillarse... a menos que el cliente quiera verte maquillada en la cama.

Cuando terminamos de cenar nos fuimos a su casa, jugó un rato a la consola mientras yo halagaba lo bien que se desenvolvía con el mando, y no era por hacer la pelota, de verdad que me pareció un hacha jugando a un juego que me pareció complicadísimo porque tenía un montón de movimientos y el mando sólo 4 botones. 

Me gustaba verle jugar, es casi un hombre, tiene algo de alopecia y unos brazos peludos, sin embargo es un niño, viendo su cara concentrada de niño grande y sus manos manejando al personaje de la pantalla me pareció muy tierno. Además ya le conozco un poco y sé que es un trozo de pan, un buen chico... pero muy caprichoso y my impaciente, yo le caigo bien porque nunca me voy a enfadar, ni le voy a juzgar, voy a levantarme, tumbarme, ir o venir cuando él diga y además me intereso por sus videojuegos. 

No nos engañemos, soy escort... los hombres que me contratan tienen intenciones concretas y personalidades nada concretas pero sí muy especiales, todos tienen su historia y conmigo sueltan aquella que no dejan ver a otras chicas. Él se pasa 2 horas jugando a la consola y yo como buena acompañante... le acompaño.

Después de la partida me miró, quería que se lo pusiera fácil, me miró esperando que yo entendiera que hacer. Me quité los zapatos y él la camiseta, me tumbé en el sofá de su habitación, y él se puso encima, pero enseguida noté que quería tumbarse, así que nos cambiamos y me eché encima de él, me rodeó con los brazos y me sentí pequeña rodeada sobre su torso ancho. Me gustó.

Tuvimos relaciones durante una hora. Después me vestí y me volví a pintar los labios, salimos a la calle y paseamos hacía la Castellana para sentarnos en un banco y charlar 15 minutos. 

Le cobré 400 €, bastante menos de lo habitual, pero él no trabaja, y estoy tan relajada con él, que la rebaja me parecía justa. Además así me llama más veces. Por desgracia es uno de los pocos (poquísimos) veinteañeros que hay en mi agenda de clientes, así que cuando quedamos me alegro mucho. 

lunes, 6 de junio de 2011

El viejo delicadito

Diego Dolcini
Este fin de semana he quedado con un cliente lo suficientemente extraño para ser descrito en el blog (y lo de extraño lo digo con todo el respeto, simplemente me sorprendió).

Se puso en contacto conmigo a través del teléfono de contacto que he hecho que circule por ahí en periódicos, webs... y este en concreto me encontró en el periódico, al principio por curiosidad por mi precio y por el concepto de "acompañante".

Como siempre aclaro que mis servicios son de simple acompañante y en una primera cita jamás doy tarifas de sexo ni pistas de que existen, voy a las citas a ciegas algo más aliviada respecto a verme frente a una situación desagradable. Aunque como es lógico todos intuyen que una acompañante es fácil que tienda a "ceder" en cierta circunstancia frente a un billete lila.

El cliente del viernes estaba jubilado y vivía con su hermana, sin embargo tiene un piso bastante bien apañado como picadero. Me dijo que yo era la mujer más sofisticada que había pisado esa casa, y que por lo general una vez a la semana se da una vuelta por ciertas carreteras, o calles, o visita algún local con chicas de alterne. Lo del concepto de acompañante de lujo le pareció muy peliculero al leerlo, pero lo entendió muy bien cuando me vio, esas son sus palabras, y me sentí halagada.

No me contó mucho más de su vida, sólo lo de la hermana y lo de sus "novias" semanales. Pero noté algo, algo que no quería contarme, quizás por vergüenza, algo relacionado con su salud, o quizás era un viejo cascarrabias y gruñón, pero se quejaba de cualquier movimiento, "ay ay ay ay ay", "ay dios mío", "ay", todo esto en gruñidos para sí mismo, sentarse, coger algo de la mesa, sacarse los cigarros del bolsillo.... todo era un "ay". 

No hubo sexo en su piso, él tenía en la cocina unos ingredientes y un libro de cocina, nada del otro mundo. Y quería que le cocinara la cena, la verdad es que es la primera vez que me contratan para cocinar, pero vivo sola y sé desenvolverme en la cocina un poco, le hice la cena y cenamos viendo una peli. Me preguntó si no tenía calor, y su mirada decía claramente, quítate la blusa. No me importó cenar en sujetador... después de todo, nadie paga un sueldo de acompañante a una cocinera, fui una chica buena y le complací.

La cena me quedó rica, el cliente no insistió en tener sexo conmigo y me fui a casa en taxi. Lo que más me hizo pensar de ese cliente fue la cantidad de "ays" que dijo para absolutamente todo, era tan delicadito.... me puso nerviosa, hay hombres mayores.... y luego están los viejos, esos son los que hacen "ay ay ay ay".

lunes, 7 de marzo de 2011

La fiesta de disfraces

Acompañante, así es como defino yo mi profesión, ya que es en realidad la verdad en la mayoría de mis citas y además, mi función preferida, antes que prostituta, sin nada que decir sobre la prostitución, ya que yo no puedo decir nada malo en mi caso particular.

De acompañante hice el sábado, fui al Círculo de Bellas Artes, allí había un conocido mío, un amigo, pero el sabe que soy escort, y además me promociona en su blog, con lo cual no tenía mucho problema, pero si cierta vergüenza. De todos modos yo ya pensaba escoger un disfraz que me mantuviera anónima, por eso me chiflan las fiestas de disfraces. Cambie de tono de pelo y me puse una máscara de catwoman, el disfraz perfecto para una escort, no es muy original pero funcionó, cara tapada y cuerpo realzado por el vinilo apretado, brillante y negro... perfecto!

Mi cliente esa noche no era un viejo verde, ni un maduro que quisiera presumir de novia joven, ni un chico perezoso que no se atreve a hablar con chicas. Mi cliente de esa noche era un gay, sí, un gay. Un hombre fantástico que quería disfrazarse a lo grande, ir acompañado y tener "una camarera" que le diera conversación y le animara la noche.

Por la tarde estaba encantada con el plan, me parecía fascinante conocer a ese hombre y darle lo que habíamos acordado, además me apetecía estar en esa fiesta y lucir mi disfraz.

Soy culta, pero no tanto como ese señor estupendo pretendía, no me siento culpable, porque considero que el señor estaba muy confundido con lo que una escort de lujo significa, él quería que tuviera la cultura y la filosofía que sólo es accesible a los 60 años con un largo recorrido, años de viajes y miles de conversaciones sólo con gente cultísima. Me sentí en un examen, soy lista, tengo buen cuerpo y hablo 2 idiomas perfectamente y otros 2 medio medio, entiendo de arte, me sé algunos temas de historia y leo el periódico. Pero no puedo dar conversación a un señor tan ilustrado, no quiero hablar mal de él, era todo un hombre. Pero me temo que me contrató para ridiculizarme. 

Como diría mi amigo gay... "era una marica mala".

Me pagó 900 euros por toda la noche. Aguantó el señor, la verdad, claro que se pasó la noche sentado.

viernes, 25 de febrero de 2011

Cuando la naturaleza falla, la creatividad nos salva.

Balmain
El cliente del que hablé en el post anterior sigue "pasando" de mí. Me llama de vez en cuando e incluso habíamos planeado vernos este fin de semana, sin embargo la cita no va a tener lugar en absoluto. Hoy es viernes y ya me ha advertido que "quizás" nos veamos el domingo pero que no lo "sabía". En fin, qué más da.

Ayer quedé con un cliente y tuve muy buen sexo con él, en la cama es muy generoso, a penas se preocupa de su propio placer y casi sentí que todo lo que yo hacía le traía sin cuidado y que lo único que deseaba era estimular mi cuerpo. 

Hay muchos hombres así, les excita tener efecto en las mujeres y serían incapaces de excitarse sin saber que el placer que ven en la cara de su compañera de cama es completamente real. El cliente en particular no tiene unas erecciones potentes y creo que esa es la razón de sus concesiones. No es mayor, pero creo que los "excesos" con el alcohol y el fumar marihuana a largo plazo hacen mella en los penes, aunque mi cliente sigue siendo sexual y activo, sólo que con otras partes de su cuerpo más que con la tradicional, lo cual agradezco, ya que la creatividad es un punto muy favorable en mi profesión. Le conozco desde hace tiempo, y a medida que ha perdido fuerza... ha aprendido muchos trucos, con el tiempo ha ido conociendo el cuerpo de una mujer, y en concreto el mío... en resumen... yo salgo beneficiada, jajaja.

Este fin de semana no tengo citas a la vista. Con lo que hoy he quedado con mis amigas, y mañana saldré a bailar con amigos también. Si algún cliente me pide cita tendrá que ser para antes de cenar, porque me tomo estas dos noches de viernes y sábado para mí.

Un beso queridas y queridos!

martes, 15 de febrero de 2011

Encantada con las clases desencantada con mi cliente

Barbie Voyage in Vintage
Me encantan las clases de Historia del Traje, es mi asignatura preferida, sobretodo porque es la única en la que voy al día y puedo ir algo más relajada :)

Esta tarde iré al Museo del Traje, no lo he visitado aún desde que estoy en Madrid, y eso es algo imperdonable para una amante de la ropa y estudiante de moda.

Ayer por la noche tuve una cita, me quedé sorprendida con mi cliente, me llevó a cenar a un restaurante y ni me hablaba, ni a penas me miraba, es un cliente habitual, no puedo suponer que estaba tímido o cortado. Eso no es nada habitual entre cliente y escort, porque no es como si fuera una novia con la que tienes un compromiso de citas semanales. Cuando llamas a una escort y te gastas el dinero lo haces libremente y porque quieres la compañía de una mujer, pero él estaba a su bola Dios sabe en qué lugares.

La cita duro de 9'30 a 12, y prácticamente me echó del coche cuando llegamos a la esquina de mi calle. No me lo quiero tomar como algo personal, pero estoy deseando volver a verle para descubrir que le pasaba.

sábado, 12 de febrero de 2011

40 horas sin dormir

Jerome C. Rousseau
Bueno, como dije en el post anterior, me pasé la noche haciendo un trabajo, tenía sólo cuatro horas disponibles para dormir, pero con el estrés y la sensación de que si me dormía no me iba a despertar a tiempo ni una bomba no dormí nada.

Fue una mañana horrible, casi corriendo para imprimir, histérica por dentro porque el hombre iba muy despacio y se lo tomaba con mucha calma (quizás fuera mi percepción de chica que no ha dormido). Un cliente quería quedar a las cinco para pasar la tarde y la noche conmigo, eso es mucho dinero... así que no pude negarme.

Con eso quiero decir que me pasé el día de aquí para allá sin haber dormido. Llegué a mi casa a las dos, he dormido 12 horas, muy bien merecidas. Después de cenar el sueño desapareció, pero desde las siete a las diez pasé las peores tres horas de mi vida, con un dolor de cabeza y una sensación insana increíble. 

Otras veces lo he comentado, tengo por costumbre dormir nueve o diez horas, cuando no duermo sufro mucho. Hay noches que no duermo, incluso recuerdo alguna vez de salir de fiesta e ir a trabajar directamente, pero luego dormía por la tarde. Ayer nada, ni un minuto me pude relajar. 
Suerte que ayer gané casi mil euros, eso elimina bastante la histeria :)

miércoles, 9 de febrero de 2011

Los análisis de trabajadora sexual

Alejandro Ingelmo
No me gusta ir a hacerme la prueba del SIDA. Por dos razones, la primera es que soy una chica muy precavida, no hago nada sin protección, es físicamente imposible que pueda tener SIDA, la segunda razón es que al hacerte la prueba debes asimilar que la necesidad de hacértela es precisamente que algo puedes tener, y no me gusta esa sensación de preocuparse por algo que seguro que no tienes.

El caso es que hoy he ido a hacerme las pruebas, lo hago más por los clientes que a veces piden las pruebas de que estas absolutamente sana, más que nada por eso. ¿Las razones por las que me piden a veces las pruebas? Es una pura razón psicológica, porque aunque fuera la más sidosa de España saben que no me dejo hacer nada ni hago nada sin preservatido, con lo que bueno, supongo que es un gusto saber que pese a todo la chica en cuestión está limpia de sangre y además se ha duchado a fondo antes de la cita.

Por supuesto estoy sana como una manzana :)

Por mucho que no me guste hacerme la prueba, sé que hay que hacerlo de vez en cuando, aunque sea para comprobar que estás en lo cierto al pensar que estás sana, y todos los que tengáis relaciones, mucho más los promiscuos, tenéis que hacerlo, para quedaos tranquilos. Si teméis el resultado... con mayor razón debéis hacerlo, para dejar de temer.

sábado, 5 de febrero de 2011

Pfffffffffffff

Viktor & Rolf
Quiero contarlo, sí, lo voy a contar, pero no sé cómo hacerlo de la manera fina que se espera de una chica. Podría callármelo, pero necesito compartir mi amarga experiencia.

La confesión se reduce en realidad a que soy humana, pero el tema es a pesar de lo natural... muy fuerte.

Bueno, he ido con un cliente a un restaurante indio. No he comido tanto porque los sabores de todo eran demasiado fuertes para mi gusto. Hemos pasado mi cliente y yo un rato agradable, pero de camino a su casa para tener relaciones más íntimas la comida india empezó a hacer efectos en mi cuerpo, me empecé a sentir como un globo, cada vez más y más.

Una de las razones por las que necesito soltar esta confesión es que con mi cliente no pude, me daba una vergüenza horrible. Ojalá hubiera desaparecido todo el mundo de la calle incluido mi cliente unos segundos para poder volver a la normalidad. Tener relaciones sexuales en ese estado es incómodo y peligroso.

No creo que estéis imaginando la magnitud del globo, pero para que yo haya decidido escribir sobre ello, os puedo asegurar que era muy pero que muy importante. 

De incómodo pasó a ser doloroso, y más que incómodo es que era cuestión de vida o muerte, sentí que iba a explotar!!

Horas y horas y horas... y por fin he llegado a casa, era tan fácil curarse.... y ha sido tan difícil mantener mi imagen de diosa. Creo que hasta me he puesto mala de tanta divinidad.

Seguro que muchas chicas me entienden, ese miedo a emitir cualquier sonido, así somos, así nos han hecho y a veces lo sufrimos más de lo que la gente espera de nosotras, somos nosotras mismas las que nos avergonzamos, casi ni en tu propia casa a solas una se libera en ese sentido. 

Sólo puedo decir que me siento con tan mal cuerpo y ha sido tal el esfuerzo que no creo que vaya a un restaurante indio en lo que me queda de vida, y menos en una cita!
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