Viktor & Rolf |
Quiero contarlo, sí, lo voy a contar, pero no sé cómo hacerlo de la manera fina que se espera de una chica. Podría callármelo, pero necesito compartir mi amarga experiencia.
La confesión se reduce en realidad a que soy humana, pero el tema es a pesar de lo natural... muy fuerte.
Bueno, he ido con un cliente a un restaurante indio. No he comido tanto porque los sabores de todo eran demasiado fuertes para mi gusto. Hemos pasado mi cliente y yo un rato agradable, pero de camino a su casa para tener relaciones más íntimas la comida india empezó a hacer efectos en mi cuerpo, me empecé a sentir como un globo, cada vez más y más.
Una de las razones por las que necesito soltar esta confesión es que con mi cliente no pude, me daba una vergüenza horrible. Ojalá hubiera desaparecido todo el mundo de la calle incluido mi cliente unos segundos para poder volver a la normalidad. Tener relaciones sexuales en ese estado es incómodo y peligroso.
No creo que estéis imaginando la magnitud del globo, pero para que yo haya decidido escribir sobre ello, os puedo asegurar que era muy pero que muy importante.
De incómodo pasó a ser doloroso, y más que incómodo es que era cuestión de vida o muerte, sentí que iba a explotar!!
Horas y horas y horas... y por fin he llegado a casa, era tan fácil curarse.... y ha sido tan difícil mantener mi imagen de diosa. Creo que hasta me he puesto mala de tanta divinidad.
Seguro que muchas chicas me entienden, ese miedo a emitir cualquier sonido, así somos, así nos han hecho y a veces lo sufrimos más de lo que la gente espera de nosotras, somos nosotras mismas las que nos avergonzamos, casi ni en tu propia casa a solas una se libera en ese sentido.
Sólo puedo decir que me siento con tan mal cuerpo y ha sido tal el esfuerzo que no creo que vaya a un restaurante indio en lo que me queda de vida, y menos en una cita!
No hay comentarios:
Publicar un comentario