La punta del zapato: Quedando con la maestra y luego con el discípulo
DIARIO DE UNA ACOMPAÑANTE DE LUJO DE MADRID

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lunes, 7 de febrero de 2011

Quedando con la maestra y luego con el discípulo

Este sábado he merendado con Carmen, la chica que me metió en este mundo de la prostitución, hacía mucho que no quedábamos con calma, y aún así ella tenía una cita por la noche y tenía que irse. 

Noté que Carmen se preocupa por mí especialmente porque si me pasa algo inevitablemente ella tendría algo de culpa, aunque yo no la culpo de nada por supuesto, pero es lo que pasa cuando uno es parte de un círculo que acaba mal. Tuvimos charlas filosóficas sobre la vida y la aún lejana crisis de los cuarenta, que todas las mujeres tememos, y mucho más las que vivimos de nuestro cuerpo y nuestra buena presencia.

Por la noche me puse a cocinar porque había invitado a cenar a un amigo, que me pone algo nerviosa cada vez que me saca el tema de que le gustaría sacarse un dinero del mismo modo que yo. Es morboso y sé que es responsable, y creo que quiere coquetear con la prostitución para tener sexo y de paso comprarse un iPad o esas cosas que quieren los chicos gays :) 

Pero yo no me lo puedo tomar con la misma facilidad que Carmen, porque ella me conoció hace pocos años, ya adultas, y yo a mi amigo le conozco desde siempre y le tengo como un hermano, mi instinto maternal y mi protección se alertan cuando se trata de imaginármele expuesto a un mundo que en cierto modo es sórdido. Quiero que satisfaga sus fantasías, que juegue con el sexo y seré la última que le diga que no a algo, sobretodo porque se le ve muy entusiasmado con probar esto que para él es una aventura, porque lo es, para mí lo es, es un trabajo que generalmente me deja satisfecha y no sólo en el sexo. Es un trabajo creativo y divertido.

Después de cenar la rica comida que hice (porque estaba rica rica rica), nos fuimos a tomar una copa y a bailar a una disco gay que a él le gusta. Lo pasamos muy bien juntos siempre que nos vemos, ojalá nunca tuviéramos que cumplir cuarenta años y pudiéramos estar así siempre los dos.

Porque por otro lado... si quiere jugar a ser prostituto tiene que ser ahora... la vida va tan rápido, sobretodo cuando se es joven, hay que tomar decisiones muy rápido.

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