Un poco triste

Sé que no tengo muchos lectores, que es muy difícil eso de captar la atención de la gente por internet, porque hay mil millones de blogs, pero a los pocos que tenga, si es que mantengo alguno desde la última vez que escribí, les voy a explicar porque me he desconectado del blog tanto tiempo y qué ha pasado.

He estado repasando mi blog, releyendo los posts que escribí durante el año pasado, la verdad es que me ha traído muchos recuerdos buenos. No quiero asustaros, no me van tan mal las cosas, pero estoy triste sobretodo desde la Navidad, no puedo decir por que razón porque no la sé ni yo. ¿A causa de mi trabajo como escort? Es posible, aunque hay más cosas, me siento sola, a veces pienso en dejar todo esto y ocuparme en buscar un hombre con el que tener una relación normal para abandonar la sensación de soledad.

Por otro lado... tampoco me apetece tanto. Me paso los días meditando sobre qué hacer cada día para no estar en casa tirada sintiéndome sola, por las mañanas voy a clase, ya tengo amigas pero nadie sabe a qué me dedico y eso me aleja un poco de ellas, todo el mundo tiene secretos y es lícito tenerlos, pero este es una parte importante de mi vida y no la puedo compartir con nadie. Los pocos amigos que lo saben dicen aceptarlo, pero no dejo de ser la amiga puta y sé que en el fondo están sorprendidos y extrañados con mi trabajo. Además tengo la sensación de que soy un tema de conversación, como si fuera un bicho raro, quizás fascinante, del que comentar y debatir.

Mi familia sigue pensando que trabajo de dependienta en una tienda y este grandísimo secreto me consume un poco.

Una vez aconsejé a una amiga con un dilema que pensara en qué diría su madre al respecto. A las madres no se le cuenta todo, pero no es lo mismo tener secretos por pudor, vergüenza o miedo a decepcionarla, no es lo mismo. 

Aún pienso en aquel consejo, y cuando me lo aplico me doy cuenta de que mi secreto no lo es por pudor como cuando le haces sexo oral a un chico, vergüenza como cuando te emborrachas como una cuba, o temor a sorprenderla como cuando tienes que confesar que has tenido un lío con una chica. Mi secreto está a otro nivel, no quiero pensar que es tan dañino para una madre como el ser drogadicta o ladrona, pero... si debo ser sincera, el mayor miedo que tengo en mi vida es que mi madre se muera de la impresión porque soy escort, y en segundo lugar que mi padre me mate por serlo.

He reducido mucho mi cartera de clientes, en parte por que quizás estoy pensando en dar carpetazo a esta etapa de mi vida, es una decisión difícil, porque me gusta, a parte de que el dinero sea muy seductor, la verdad es que me gusta este trabajo, me mantiene viva y hasta ilusionada a veces. Pero cuando estoy en casa y no me pongo una peli o música, le empiezo a dar a la cabeza y llego a conclusiones muy tristes sobre mí.

Esa es la razón por la que he estado sin escribir nada en el blog. Además de que tengo la sensación de que mis palabras son discursos en el desierto y no van a ninguna parte, pero bueno. En el fondo creo que una época de bajón la tenemos todas alguna que otra vez, con suerte las menos posibles, y la verdad es que estoy más animada que estos últimos meses. Sospecho que volveré a escribir mis cositas.