Un fin de semana libre

Ni hoy ni mañana voy a aceptar ningún trabajo, de hecho mientras escribo estoy pensando qué decir en mi contestador del móvil de escort y apagarlo hasta el domingo por la tarde. Qué decir lo tengo claro, voy a decir la verdad, pero quiero decirlo de una forma elegante, sin que suena a "no me da la gana coger el teléfono". Quiero estar con mis amigos y mi familia y la propina de ayer refuerza mis motivos para tomarme un fin de semana con el teléfono apagado.

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Ayer hablé por teléfono por la noche con un chico joven, también hay muchos de esos en mi lista de clientes. El típico que no tiene mano para las chicas y no se atreve a acercarse a ellas, no quiero ser mala, pero aunque es guapo y no está mal de cuerpo, es cierto que le falta un hervor, muchas chicas estarían encantadas de echarle una mano y enseñarle cómo hacer las cosas pero él no da pie y se queda atontado, no se atreve por muy fácil que se lo ponga la chica, creo que aún está estudiando, con lo que será de mi edad o más joven.

Nunca ha estado con una escort, pero sí con prostitutas, y yo le enseñaré cual es la diferencia. Todos tenemos un precio, y aunque muchas mujeres no se venden por dinero, la verdad es que una joya, los regalos, los sitios elegantes y una cartera bien llena hace que el camino "al huerto" sea más llevadero. Las escorts por muy caras que seamos lo ponemos más fácil, pero la diferencia entre las prostitutas de calle o internet y las escorts de lujo es que lo único que prometemos es compañía, en cenas, visitas, viajes o en privado, el sexo no está en absoluto asegurado, y eso lo sabe el hombre que contrata a una escort, y también saben que generalmente hacemos una selección de clientes, está claro que es mejor 30000 que 10000, pero el poder seleccionar y no andar con la lengua fuera de una cita a otra no tiene precio.

Tengo ganas de enseñar a ese chico cómo seducir a una mujer y lo que puede conseguir de ella si lo hace bien. Pero antes tiene que olvidarse de su experiencia con prostitutas. Quedaré con él la semana que viene.