La punta del zapato: Ponerme un piso
DIARIO DE UNA ACOMPAÑANTE DE LUJO DE MADRID

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martes, 21 de diciembre de 2010

Ponerme un piso

Nicholas Kirkwood
He pasado una semana desconectada del blog, han pasado algunas cosas. 

Tengo un cliente desde hace bastante tiempo, empezamos viéndonos una vez al mes, luego una vez cada semana y ahora por lo general nos vemos todas las semanas dos veces. No suele querer sexo, casi siempre quedamos para cenar e ir a comprar, suele ser muy generoso, e hizo una promesa que no logro quitarme de la cabeza. Él tiene un piso en una muy buena zona de Madrid, es algo que yo por mucho que trabaje y ahorre no podré comprar hasta que pasen bastantes años. 

Pues bien, quiere regalármelo y olvidarse para siempre de pagarme, he hecho el cálculo, el piso es treméndamente caro, y yo no soy de esas que cobra 100€ sino bastante más. Pero aún así... ese piso paga casi 20 años de citas con él, por supuesto no puede esclavizarme de ningún modo legal, ni moral, y no es lo que él quiere, pero sí quiere cierto compromiso por mi parte, que nos olvidemos de los sobres de billetes y además que yo tenga un sitio donde recibirle, que sea como su propia casa (que actualmente lo es). Es un negocio fuerte, complejo y de esos que al menos para mí son una vez en la vida. Un piso de lujo en el barrio Salamanca que cuesta lo que la mayoría no gana en toda su vida. 

Pero lleva un año dudando, poniéndome a prueba (nada tan horrible), y sigue alargando el tiempo. Estoy impaciente y en verano me prometió que me lo iba a dar este año... sigue dudando... y empiezo a temer que no me lo vaya a dar. Las fechas límites que él mismo pone se alargan siempre.

Sé que es un pisazo y aunque él podría tener 10 como esos, entiendo que se lo tiene que pensar muy bien. Ojalá no me lo hubiera prometido, yo puedo vivir sin ese piso, pero ya me he hecho ilusiones, me dará mucha rabia que cambie de opinión, y puedo esperar cinco años por algo así, pero estoy harta de que las fechas pasen y pasen.

En fin. Tengo que dejar de esperar ese piso, si viene será un gran triunfo y si no pues nada... nunca ha sido mío en realidad.

2 comentarios:

Dora dijo...

¿Y qué pasaría si dentro de un par de años conoces al hombre de tu vida? ¿Consentiría tu cliente que dejes de verle después de darte el piso? Es un buen negocio, pero hay que andar con cuidado ¿no?

me gustan tus post!

La Punta del Zapato dijo...

Es una gran duda que me ataca casi cada día. Por una parte está el regalazo que supone el piso, por otro la "esclavitud" que eso supone...

Una parte de mí me pide no abandonar la idea de recibir ese piso. Es una oportunidad única, pero os mentiría si os dijera que es una situación con la que me sienta cómoda.

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