Christian Louboutin |
Nunca dejaré de sorprenderme con las cosas que le pone a un cliente que contrata chicas de compañía. Ayer quedé con un hombre de cuarenta y tantos, atractivo sin ser un Adonis. Siempre quedamos para lo mismo, fingir que tiene una novia guapa frente a sus amigos, unas buenas personas que ya empiezan a caerme bien después de 10 citas con ellos.
Yo estoy de acuerdo con lo de llevar una vida secreta, una vida doble, ocultar la verdad y hasta de jugar a ser otra persona, pero engañar a otros es una cosa, engañarte a ti mismo... eso sí que es triste. Me refiero a que yo misma he actuado como una novia perfecta con algunos, he preparado la comida a otros, me he comportado como una hija para los más maduros, como una muñeca para aquellos a los que les encanta comprar ropa (íntima o no) a las chicas... Todos fingimos y muchos jugamos con ello.
Hasta ayer pensaba que mi cliente estaba jugando, creando una situación que a él le motiva, pero cuando por fin salimos de la casa de sus amigos resopló y se puso serio, entonces me dijo que había estado muy bien y se quedó como distante. Normalmente siempre continuamos a solas, nos tomamos una copa y nos enrollamos, pero ayer se quedó distante. Simplemente me pidió una cita para la semana que viene y se fue.
Con lo que al contrario que otros días ayer sólo me quiso para sus amigos y no tanto para él... lo cual me pareció raro, triste y no me gustó nada. Son sus amigos... ellos aceptarán a cualquier novia independientemente de si es guapa o fea, sin tener que engañarles conmigo.
Casi me molesta más que se esté engañando a sí mismo. Eso sí que me preocupa.
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