Thakoon |
Voy a seguir con mi historia como acompañante de lujo.
Estaba contándoos que trabajé en una boutique bastante conocida, allí conocí a una chica dos años mayor que yo, y es importante el dato, porque me llevaba dos años de ventaja en la gran ciudad y en muchas cosas, de hecho hoy yo tengo la edad que tenía ella por aquella época y soy lo que soy gracias a ella.
Se llama Carmen, es de Barcelona y vino a Madrid a estudiar empresariales. Sus padres no podían pagarle la vida en Madrid, así que empezó a trabajar en Bershka para pagarse una residencia. Es la chica más culta que puedas encontrarte vestida con minifalda, y aunque no puedo evitar ser frívola ahora me pongo seria, Carmen es listísima, cultísima y tiene una cabeza que ya quisieran muchos, sin embargo, quizás por su familia que es un tanto... .... evitaré los adjetivos porque no quiero pensar en negativo, pero Carmen hubiera podido llegar muy lejos si su familia no hubiera dejado tanta huella en su autoestima.
Muchos quieren creer que tanto Carmen como yo somos paletas que se han visto desbordadas por la ciudad... pero no estoy de humor para explicar que yo no me siento así. Las dos somos maduras y muy listas, si no no seríamos acompañantes de lujo, seríamos chicas de 60 € un completo.
El caso es que Carmen se vio capaz de entrar en una agencia de modelos y con tan mala suerte (o no) de que se metió en la peor de todo Madrid, que no digo para que no me denuncien porque es grave el asunto y yo sólo sé lo que me han dicho. Al parecer eso era más que una agencia y las chicas eran más que modelos... vamos, que te apuntabas para ser modelo y las pasarelas no llegaban pero camas tenías todas las que quisieras para lucir palmito. Carmen le vio tirón al asunto y aprovechó la coyuntura y con lo lista que es, porque lo es, valoró y decidió por sí misma ser acompañante. Y así empezó Carmen y gracias a esa historia empecé yo después a través de ella. Pero eso lo cuento en la siguiente entrada.
aunque el diseño de su blog es bastante choni!
Estaba contándoos que trabajé en una boutique bastante conocida, allí conocí a una chica dos años mayor que yo, y es importante el dato, porque me llevaba dos años de ventaja en la gran ciudad y en muchas cosas, de hecho hoy yo tengo la edad que tenía ella por aquella época y soy lo que soy gracias a ella.
Se llama Carmen, es de Barcelona y vino a Madrid a estudiar empresariales. Sus padres no podían pagarle la vida en Madrid, así que empezó a trabajar en Bershka para pagarse una residencia. Es la chica más culta que puedas encontrarte vestida con minifalda, y aunque no puedo evitar ser frívola ahora me pongo seria, Carmen es listísima, cultísima y tiene una cabeza que ya quisieran muchos, sin embargo, quizás por su familia que es un tanto... .... evitaré los adjetivos porque no quiero pensar en negativo, pero Carmen hubiera podido llegar muy lejos si su familia no hubiera dejado tanta huella en su autoestima.
Muchos quieren creer que tanto Carmen como yo somos paletas que se han visto desbordadas por la ciudad... pero no estoy de humor para explicar que yo no me siento así. Las dos somos maduras y muy listas, si no no seríamos acompañantes de lujo, seríamos chicas de 60 € un completo.
El caso es que Carmen se vio capaz de entrar en una agencia de modelos y con tan mala suerte (o no) de que se metió en la peor de todo Madrid, que no digo para que no me denuncien porque es grave el asunto y yo sólo sé lo que me han dicho. Al parecer eso era más que una agencia y las chicas eran más que modelos... vamos, que te apuntabas para ser modelo y las pasarelas no llegaban pero camas tenías todas las que quisieras para lucir palmito. Carmen le vio tirón al asunto y aprovechó la coyuntura y con lo lista que es, porque lo es, valoró y decidió por sí misma ser acompañante. Y así empezó Carmen y gracias a esa historia empecé yo después a través de ella. Pero eso lo cuento en la siguiente entrada.
aunque el diseño de su blog es bastante choni!
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