Tengo la suerte de que me encanta el sexo, quizás las escort necesitamos un gusto especial por los hombres y el sexo en general para poder llegar a ser buenas en lo nuestro y mucho más importante llevarlo bien y con naturalidad. Pero no hay nada natural en ofrecer tu cuerpo por dinero, a pesar de que es la profesión más antigua del mundo, como se suele decir, y menos cuando no es por necesidad, presumo de hacerlo por puro gusto, cuando en realidad la mayoría de las personas juzga la prostitución por necesidad como una desgracia para la chica pero se solidarizan con ella, mientras que la prostitución de lujo es condenada y las chicas somos brujas siniestras que juegan con los instintos de los hombres para comprar moda.
No quiero posicionarme, aunque intuiréis lo que pienso al respecto cuando yo misma me estoy dedicando a ello.
Nikita 2010 |
Odio que me juzguen, aunque todos me avisaron de que debía enfrentarme a estas situaciones y tomármelas con naturalidad ya que es parte de lo que he elegido. Hablo de ello porque he recordado la vez que se filtró la información en mi gimnasio, no es que tuviera amigas allí, pero hablaba de vez en cuando con una monitora, pues desde que se filtró lo de que soy escort allí no hay quien me hable o me mire raro. Todas saben lo que soy y cuando me ven hacer gimnasia creo que piensan que estoy afilando mis armas de mujer para robarle los hombres. Creo que posiblemente ellas me tengan más miedo ahora que saben que soy una chica tan fácil, antes pensarían que tenía novio o que salía con atletas y era inaccesible para sus maridos, pero las escorts somos diferentes... y los maridos tienen dinero, que es lo que busca una escort...
Las entiendo... pero me tengo que armar de valor cada vez que me enfrento a una situación de miradas inquisitorias, es incómodo, por supuesto. Me gusta hacer deporte, pero en ese gimnasio empiezo a sentirme incapaz, creo que tendré que ceder ante la circunstancia y abandonar el edificio para irme a un sitio donde no se me conozca.
Por una parte las entiendo tan bien, y tienen razón, en cierto modo cuando me maquillo, me peino, hago deporte o me compro ropa estoy afilando mis armas y cargando mis pistolas para seducir al hombre más solvente que me encuentre, esté casado o no, felizmente o no. Es una verdad innegable que muchas escorts no valoran para no sentirse mal, o que sienten pero no comentan.
Dije que iba a ser sincera y lo que cuento es un pensamiento de típica escort, sobretodo las de lujo que no lo hacen por la respetable necesidad y las mujeres nos temen más que a las de Montera por eso precisamente, mezclamos mejor nuestras vidas con el trabajo, saben tanto ellas como ellos que somos más que "putas", somos como novias caras, porque la mayoría de mi estatus aunque nos encanta el dinero no nos conformamos con los cientos de euros que nos pagan, preferimos las llamadas de hombres que nos atienden, nos regalan cosas, nos invitan a comer... y a ellos les encanta vernos seducidas. Entiendo el miedo que nos tienen las mujeres y eso lo tengo en la cabeza a diario, eso se me hace duro, porque no quiero ser una bruja, me aturde el asunto...
Aunque a la hora de la verdad y ellas lo saben tan bien como yo y ellos también que yo tengo unos momentos, unas horas, el sexo, el entretenimiento de un rato... y que ellos no me van a ofrecer nada más que dinero y un juego por muy atractiva que me ponga.
Nikita 2010 |
Aunque a la hora de la verdad y ellas lo saben tan bien como yo y ellos también que yo tengo unos momentos, unas horas, el sexo, el entretenimiento de un rato... y que ellos no me van a ofrecer nada más que dinero y un juego por muy atractiva que me ponga.